Una bota de seguridad debe tener una serie de protecciones que varían dependiendo de la actividad que se vaya a realizar. A continuación, se presentan algunos de los tipos de protección más comunes que deben tener las botas de seguridad:
Características generales.
- Puntera de acero o composite: para proteger los dedos de los pies contra impactos y compresión.
- Suela antideslizante: para evitar resbalones y caídas.
- Plantilla antiperforación: para proteger los pies de objetos punzantes.
- Protección contra descargas eléctricas: para evitar la electrocución.
- Protección contra productos químicos: para evitar daños en la piel y/o intoxicaciones.
- Protección contra el frío o el calor extremo: para mantener los pies a una temperatura adecuada.
- Protección contra la humedad: para mantener los pies secos y evitar infecciones.
Es importante tener en cuenta que las botas de seguridad deben cumplir con las normativas y estándares de seguridad establecidos en cada país.
¿Cómo elegir un calzado de seguridad adecuado?
Lo primero que necesitas es identificar adecuadamente los riesgos a los que tus pies están expuestos, y una vez analizados, puedes empezar a indagar sobre los tipos de calzado de seguridad que mejor se adapten a esas condiciones de trabajo.
Para ello lo recomendable es hacer un listado de las características de un calzado adecuado para ti.
Por ejemplo, los trabajos con hidrocarburos requieren botas de caucho de seguridad que sean resistentes a la corrosión por combustibles, con suela que resista las altas temperaturas además de ser antideslizantes.
¿Cuál es el mejor calzado de seguridad?
Los criterios para la utilización del calzado de uso profesional deben adecuarse al estudio de riesgos de cada sector y el tipo de trabajo a efectuar. Ya que cada sector y cada profesional, tienen necesidades distintas. Es decir, no es lo mismo un trabajador que realiza trabajos en el exterior que aquel que lo hace normalmente en interiores.
Un calzado muy pesado será incómodo e impedirá que realicemos bien nuestras tareas. Desde nuestra experiencia, aconsejamos usar un calzado que combine protección y ligereza, ya que la comodidad del usuario final es un factor fundamental en el día a día.
En la medida de lo posible el calzado de seguridad debe ser transpirable, para que nuestros pies permanezcan cómodos, frescos y secos en todo momento.
¿Cómo limpiar el calzado de seguridad?
Como expertos en botas de seguridad, es importante destacar la importancia de mantener las botas limpias y en buen estado para garantizar su funcionalidad y durabilidad. Aquí te presentamos los pasos que debes seguir para limpiar adecuadamente una bota de seguridad:
- Retira la suciedad gruesa: Antes de comenzar con la limpieza, utiliza un cepillo de cerdas duras para retirar la suciedad gruesa y los residuos que puedan haber quedado pegados en la superficie de las botas.
- Utiliza agua y jabón suave: Luego de retirar la suciedad gruesa, humedece una esponja o un paño limpio con agua tibia y agrega un poco de jabón suave. Frota suavemente la superficie de las botas con la esponja o el paño hasta que estén limpias.
- Enjuaga con agua limpia: Después de frotar las botas con agua y jabón, enjuaga con agua limpia para retirar todo el jabón. Es importante asegurarte de que no quede jabón en la superficie de las botas, ya que esto puede dañar el material.
- Seca las botas: Después de enjuagar las botas, sécalas bien con un paño limpio. Es importante que las botas estén completamente secas antes de volver a usarlas para evitar la acumulación de bacterias y la aparición de malos olores.
- Aplica un acondicionador: Una vez que las botas estén secas, puedes aplicar un acondicionador para mantener el material en buen estado y prolongar su vida útil. Asegúrate de utilizar un acondicionador específico para el tipo de material de tus botas.
Siguiendo estos pasos, podrás limpiar adecuadamente tus botas de seguridad y garantizar su funcionamiento y durabilidad. Recuerda que la limpieza regular de las botas es esencial para mantenerlas en buen estado y asegurar la seguridad en el lugar de trabajo.